Sedimentando valor

Posted on junio 15, 2010

3



Desde que me integré en el mundo de los emprendedores con Honest&Smile, regularmente hablo con personas que me preguntan «bueno, ¿y cómo os va?», significando esta pregunta en la mayoría de los casos «¿cuánto dinero habéis ganado ya?». Entiendo la preocupación. Obviamente, si no gana dinero, una empresa está condenada a desaparecer. Pero me parece que, cuando emprendes, ganar dinero no ha de ser un fin en si mismo, sino una consecuencia natural de lo que sí que ha de preocuparte infinitamente más: generar algún tipo de valor que merezca ser comprado.

Generar valor requiere tiempo, paciencia y amor por algo. En cambio, ganar dinero es algo que se puede conseguir con un poco de vista y un golpe de suerte. De hecho, creo sinceramente que emprender motivado únicamente por un pensamiento tipo «tengo una idea genial con la que me forraré en dos días» es una de las formas mas efectivas de fracasar en el intento. Porque esto no va de «facturar tanto en tan poco tiempo». Esto va de construir algo que sea relevante, con un modelo de monetización bien definido a medio y largo plazo.

Si mides el éxito o el fracaso de tu proyecto en base a los ingresos obtenidos en un corto período de tiempo, lo pones en manos de variables extremadamente aleatorias. Es lo que llamamos la oportunidad frente al valor. Las oportunidades pasan y a veces caen (o no) de tu lado por factores tan volubles como un buen o mal «fit» con un director de marketing, o la chirimbola de tropezar con una empresa en el momento más o menos idóneo para venderle algo que tú puedes ofrecerle. Eso son oportunidades. Valiosas, sí, pero meramente circunstanciales. Llegados al caso, es mucho más recomendable valorar tus éxitos o fracasos en base a la construcción ordenada y serena de un valor diferencial. Definir una marca, preparar un discurso, detectar sus puntos de seducción, clarificar los problemas que vas a resolver, crear un equipo válido… son las auténticas capas de valor que han de ir sedimentando poco a poco, junto con las metodologías necesarias para hacer realidad las ideas y convertirlas en productos comprables.

Ese es el verdadero reto de un emprendedor: sedimentar elementos valiosos. Si lo logras, es prácticamente imposible no terminar ganando dinero después. Además, «¿qué tal vais sedimentando?» es una preciosa forma de preguntarle a un emprendedor cómo lo llevan…

Posted in: General, Smart